Esta idea surge como una necesidad de nuestra comunidad educativa, entendiendo que el ámbito de la difusión y la investigación es esencial para la construcción de una mirada crítica de la realidad, abordándola desde nuestro ideario institucional.

viernes, 30 de mayo de 2014

La Psicología en la formación docente.

El lugar de “la psicología” en la Formación docente
Prof y Lic. Beatriz Irma Caresana


Hablar de “subjetividad” en el ámbito escolar implica redefinir conceptos como “diversidad”,”heterogeneidad”, “desigualdad” que pueden ser objeto de variadas interpretaciones.
Los futuros docentes deberán conocer desde su formación, las particularidades de los escenarios escolares actuales, estableciendo criterios y pensando en herramientas para trabajar con niños/as en diferentes contextos.

La incorporación de cátedras que desarrollan contenidos desde el orden de la psicología en la estructura curricular del plan de estudios correspondientes al profesorado de Nivel Inicial y Primario es un tema que no admite discusión.
Las materias que los  abordan, que  se han denominado de diferente manera en estos últimos años (Referente psicológico de la Educación, Psicología y Cultura del sujeto que Aprende, Psicología del desarrollo y del Aprendizaje, Psicología Evolutiva entre otras), tienen como eje central de estudio “al sujeto que aprende”, al niño que transitará las aulas y que por lapso de un año lectivo el docente será responsable de su educación formal.
Sea cual fuera la denominación de la asignatura, desde un marco introductorio,  los contenidos giran en torno a ubicar a la psicología desde  una dimensión histórica para luego hacerlo  en  la esfera de las ciencias.
Es aquí el momento donde se abordan las escuelas psicológicas y las experiencias de autores que consideraron de diferente manera su objeto de estudio.
Luego se trabaja específicamente desde “lo evolutivo”  y el futuro docente comenzará  a familiarizarse con las etapas, fases o períodos que distintos autores han diseñado para explicar las características esperables  de los niños en sus diferentes edades, teniendo en cuenta su desarrollo cognoscitivo, emocional o motriz.
Desde una mirada de la escuela actual, estos parámetros generales  pueden resultar poco relevantes ante las problemáticas que el docente debe enfrentar día a día en su trabajo y, ante las cuales siente que debe dar alguna respuesta.
Hoy el “pequeño científico” de Piaget que responde desde su lógica infantil, está teñido de otras situaciones que se relacionan con su contexto sociocultural o la realidad difícil que le toca vivir. Muchas veces los niños no responden porque no tienen palabras, o porque no creen en su propia posibilidad de pensar, requiriendo de  un contexto segurizante que le permita accionar.
 Hoy se trabaja con la modalidad de analizar “los registros de clase”  que dan cuenta de secuencias didácticas de “Matemática” o de  “Prácticas del Lenguaje” presentes en muchos libros actuales y en material de perfeccionamiento.
Frente a ellos los docentes sienten que esta modalidad dialógica y constructivista de trabajo no condice en niños atravesados por otras situaciones donde se les hace difícil sostener la atención para poder aprender.
A veces se hace arduo por problemas de convivencia proponer una clase donde una problemática deba resolverse en grupo  para posibilitar que “el saber circule”.
 Es por eso que desde su formación,  el futuro docente debe comenzar a abrir preguntas frente a las “nuevas subjetividades” (Müller) que van configurando otros espacios en la escuela.

Re-pensando las ideas previas.

En  un alumno que recién comienza la carrera docente está muy arraigada  la idea de que el maestro  que sabe impartir métodos, técnicas y variedad de ejercitaciones, garantiza por este hecho “el aprendizaje”.
A esta imagen del docente “como técnico” donde se privilegian los saberes que tienen relación con el aula y su enseñanza, las cátedras que se relacionan con espacios de fundamentación como Filosofía o Política Educativa solo se las conceptualiza como “materias complementarias”.
Muchas veces también el estudiante del profesorado se  siente “omnipotente” para tratar  ciertas problemáticas  que registra en sus primeras observaciones, no comprendiendo muchas veces el accionar de maestros de trayectoria que tiene un estilo de intervención ante situaciones de conflicto grupal, desmotivación  o problemas de aprendizaje complejos.
Preguntas que tienen que ver con estas representaciones son comentadas en las cátedras de psicología donde los estudiantes buscan respuestas “científicas”,  muchas veces no logrando desprenderse de la imagen clínica del psicólogo y su paciente.
 También  quizás fruto de encuadres relacionados con una reciente  Orientación Vocacional o de lecturas de revistas para adolescentes que traen supuestas “pruebas para saber como es la  personalidad o inteligencia ” se hace hincapié en la  administración de tests, como uno de los intrumentos que per se  ayudará a resolver los “casos problema”
Con este marco, la tarea del formador tiene que estar orientada al establecimiento  de criterios.
 Para hacerlo trabajará en  la apropiación de conceptos  que le permitirán comprender las conductas del niño/a actual desde su complejidad, encontrándole “sentido” a las acciones diarias escolares.
En estos términos, y volviendo a la idea de “establecer criterios” es necesario repensar la manera en que están agrupadas las materias que trabajan contenidos de orden psicológico en la estructura curricular de formación docente: corresponden al “campo de la subjetividad”. Muchas veces el hecho de estar agrupadas bajo esta denominación  es, para el alumno un requisito de organización académica desconociendo los alcances de los términos puestos en juego.
Desde este lugar es necesario reflexionar acerca del rol que tiene el docente en la formación de la personalidad del niño.
Así es pertinente indagar sobre  las rutinas, prácticas y los diferentes escenarios escolares que, haciéndose eco de un criterio homogeneizador, no pueden “mirar” al alumno que se esconde detrás de ellos.
Será objeto de reflexión “el sujeto en su historia”, con sus valores, lenguaje, su identidad personal y social para comprender la particular manera del niño/a de acercarse al  conocimiento.
 Es necesario, entonces,  que el alumno/a del profesorado se arme de recursos  y que cada situación (con la dimensión de complejidad que sea)  pueda ser pensada desde la “posibilidad” y no solo desde la carencia, es decir cuando  solo se mira  lo “que le falta” para ajustarse a “los parámetros  esperables”  para determinada edad.

Del lenguaje “científico” al docente diagnosticador.

Sabemos que cada disciplina tiene un lenguaje propio y se espera que los alumnos se apropien de dicho lenguaje aplicándolo de manera pertinente cuando así se lo requiera.
Muchas veces términos o conceptos específicos aparecen  en el marco de trabajo de otra materia y pueden ser objeto de reflexión y análisis.

 “En el marco de la cátedra de Tercer año “Configuraciones culturales del sujeto de la Educación Primaria” se  trabajó en torno al  texto  de Inés Rosbaco “El desnutrido escolar”
 En un capítulo de dicho libro la autora hace referencia a la relación que establecen los niños a  los que los  aprendizajes escolares les provocan “sentimientos de extrañeza”.Así se sienten   “maltratados”, trasladando esta situación a  su cuaderno de clase  el que aparece con tachaduras, hojas sueltas y borrones. Rosbaco señala que el niño” toma  a sus producciones fracasadas como una prolongación de sí mismo”.Señala también  que es importante que  reestablezca  la relación con su cuaderno, que pueda, entonces, “libidinizarlo” haciendo referencia al hecho de valorar sus producciones.
En el espacio de la cátedra,  el debate estuvo centrado en la significación que tiene este concepto en el contexto en que lo escribe la autora.
También se trabajó de manera articulada las cátedras “Psicología del Desarrollo y del Aprendizaje” y Didáctica de Prácticas del  Lenguaje y la Literatura en relación al texto de Bruno Bettelheim “Psicoanálisis de los cuentos de hadas”.
En este caso el análisis giró alrededor de la fundamentación que realiza el autor sobre la significación general de los cuentos donde aparecen frases que merecen trabajarse para favorecer la comprensión del texto tales  como (se citan solo algunas a manera de ejemplo) “superar las frustraciones narcisistas”, “conflictos edípicos”o bien”yo en formación”.

También es importante, y consideramos que en esta apreciación se ponen en juego cuestiones que hacen al universo de la ética, el análisis de algunos insumos escolares tales como boletines, notas o informes donde los docentes realizan apreciaciones respecto de los alumnos.
Desde este lugar se puede observar los alcances de emplear términos que tienen decididamente un tenor diagnóstico (aunque muchos de ellos estén incorporados en el hable cotidiana) como informar que un alumno “es reprimido”, tiene “rasgos autistas” o “hiperkinesia”.
Del mismo modo, aunque no se empleen este tipo de conceptos, merecen consideración aquellos informes de alumnos que se realizan a pedido de determinado profesional o bien para solicitar la intervención del equipo de Orientación Escolar ya que el niño/a presenta alguna problemática de conducta o aprendizaje.
En estos casos, por lo general se menciona solo “el problema”, lo que el alumno “no logra”  muchas veces además, graficado con ejemplos de tinte anecdótico.
Volviendo a los alcances  de “lo subjetivo”, dichos informes lejos de reflejar al niño, lo deja en un segundo plano ya que solo están centrados en mostrar sus aspectos más descendidos. Así, se olvidan de las posibilidades que puede demostrar cuando se despliega desde lo social o en otras actividades dentro de la escuela .También es importante  mencionar la estrategia de intervención  docente lo que no daría un panorama de los alcances de esta mediación para trabajar frente a una  problemática puntual.

Por último creemos que los aportes de cada una de las materias de la currícula del profesorado tienen que estar orientados a formar un modelo docente que no solo ayude al niño/a a construir sus  aprendizajes  respetando tiempos y estilos.
También forma parte de la tarea el poder “leer” lo que les pasa a los chicos desde la  sensibilidad que genera comprensión. Desde este lugar es importante generar situaciones que “promuevan salud”, con escenarios que pueden desplegarse en un ámbito escolar como el juego, el canto o las actividades artísticas, permitiendo el disfrute compartido.   
Y por último no olvidar que formamos parte de un equipo, de una institución y que ante esta realidad no hay un espacio posible  para el  trabajo aislado.
   
Información adicional

Müller, Marina “Formación docente y psicopedagógica”
       Ed. Bonum. Bs As .Año 2008

Rosbaco, Inés “El desnutrido escolar-Dificultades de Aprendizaje en los niños de contextos de pobreza urbana”
       Homo Sapiens Ediciones. Rosario Año 2000. 

Aizencang, Noemí  y otros “Escuela, sujetos y aprendizaje-Homogeneidad y diversidad. Representaciones sociales del aprendizaje”
       Ed. Novedades Educativas. Bs As. Año 2000

 Bettelheim,Bruno “Psicoanálisis de los cuentos de hadas”
       Ed. Crítica. Barcelona .Año 1998. 


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